¿Hasta dónde un incendio puede cambiar tu vida?

La mía no es una historia normal, de hecho su inicio fue extraordinario, cuando digo esto no imagines cosas bellas, lo extraordinario fue que la muerte estuvo muy cerca. Por un incendio provocado por un descuido hizo que mi cuerpo tuviera quemaduras de tercero y cuarto grado, ¿cuánta gente conoces que hubiera sobrevivido a esto?

Esto que te cuento de ninguna manera es para que sientas lástima es, más bien, para que te des cuenta que más allá de las cosas que te pasan tú puedes darle la vuelta a la vida, así lo hice yo.

Para muchas personas el dolor ha sido un obstáculo, siguen refugiándose en aquello que sufrieron o en aquello que vivieron, en lugar de dejarlo pasar y darse cuenta que el fuego ya no está, que el abandono ya sucedió o que aquello que les causaba dolor ya desapareció; siguen reviviéndolo todos los días de su vida, se instalan en el sufrimiento, en la culpa, en los traumas, en el remordimiento, y toda su vida la llevan sintiendo lástima por sí mismos.

Y esta gente que siente lástima por sí misma, ¿cómo puede esperar que alguien la respete o la trate bien, cómo puede conseguir pareja, cómo pueden sentirse plenos? Para ellos la dignidad es lo último, cuando debería de ser lo primero, nadie, absolutamente nadie, tendría porque pisotearte, pasar encima de ti o no respetarte.

Es fundamental que nada lastime tu dignidad, por el contrario, debes alimentarla de carácter y mucha seguridad personal, a fin de cuentas es gracias a ello que lograrás sobreponerte e imponer tu voluntad por sobre todas las cosas.

Para mí la vida es un reto constante, no puedo imaginar un solo día en el que la vida no me ponga obstáculos o problemas que tengo que resolver, y si además estuviera cargando un saco lleno de culpas, remordimientos y traumas, se haría aún más pesado. En ese sentido, yo no voy cargando nada, ni a  nadie.

Pero déjame acabar de contarte, aquel incendio sucedió a los siete meses, era yo un bebé, cuando la flama de una vela alcanzó las telas de mi cuna. Mi madre y mi abuela corrieron para salvarme y por un momento parecía que todo estaba perdido, pero es precisamente allí donde más hay que luchar, cuando pensamos que la vida ya no tiene más para nosotros.

En mi libro, Peor que tú, mejor que todos, relato, los detalles de ese incendio, que hizo que mi vida tuviera un inicio completamente diferente al de las demás personas:  mientras todos los niños jugaban, yo tenía que estar encerrado en un hospital, viviendo algunas de las decenas de operaciones que tuve, recuperándome de los miles de puntos y grapas que me pusieron; cuando los demás niños estaban, celebrando la Navidad, yo estaba en un quirófano.

Todo esto lo he superado con creces, no fue nada fácil, pero yo no iba a permitir que nada se interpusiera entre mi vida y mis sueños, por eso, dese chico me acostumbré a pelear para conseguir todo lo que he querido, y creo que tú también podrías hacerlo. ¿Te gustaría saber cómo?

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