Lo peor de todo no fue el accidente
Algunas de las historias son terribles pero tú puedes darles la vuelta, a pesar de que mi historia no fue la mejor al principio, porque imagínate, además del accidente tuve que vivir más de 80 operaciones, los internamientos en el hospital que también fueron muchos, quizá hayan sido más de 1,000 puntadas, internas y externas, e incluso algunas de las intervenciones que me hicieron fueron experimentales, es decir, estaban probando en mí si funcionaba o no un nuevo método de recuperación, en algunos casos si funcionaba y en otros tantos había que volver al quirófano para quedar bien.
Además, mucha gente piensa que lo peor fue el accidente y en realidad no, eso solo fue una parte. Lo más difícil es lo que viene después: la recuperación, las operaciones de las operaciones, y otra vez operaciones de más operaciones para que quedes bien, y eso no siempre se lograba. Los tratamientos eran muy largos algunos de meses o semanas, con dolores terribles, que a veces ni la misma morfina podía controlar, por lo menos en aquel entonces.
En situaciones como las que yo viví, si no tienes el suficiente carácter, como yo tenía desde chiquito, pueden trastornarte por completo el cerebro. Imagínate que en esos primeros años los pasé dentro de un quirófano o de un hospital, recuperándome de todos esos procesos.
Por eso mi libro se llama Peor que tú, mejor que todos.
Porque yo empecé la vida con un accidente terrible, sin embargo, hoy me siento completamente pleno, feliz, además de que soy una persona de éxito, interna, externa y profesionalmente.
Tú tienes dos opciones o te mueres y te vas para abajo o te levantas y te vas para arriba; ese fue mi caso, porque el problema no es tanto lo malo que vas a vivir, todos de alguna manera vamos a pasar por situaciones difíciles y malas, el chiste es como enfrentas esas situaciones.
Y puedo decirte con absoluta confianza, que nunca he ido al psicólogo y no porque los psicólogos sean malos, sino porque en lugar de ir con uno de ellos me puse a estudiar psicología para poder enfrentar todo lo que me estaba pasando y entenderlo.
Siempre he sido autodidacta, siempre he preferido aprender hacer las cosas por mí mismo, pero sobre todo, lo que más he aprendido es a conocerme. Tienes que conocerte perfectamente bien para poder enfrentar todo lo que venga en la vida; así, sin miedo. Porque los miedos están solamente en la cabeza y uno tiene que aprender a controlar su cerebro, cuando te autoconoces y sabes qué es lo bueno, qué es lo malo y eres una persona que tiene muy claro su carácter, su seguridad personal y su autoestima te conviertes en alguien irremediablemente exitoso.
